jueves, 14 de febrero de 2013

Bostezos y contradicciones

Por: Pablo Rios González
Estoy seguro que toda persona que vio el partido entre Medellín y Millonarios el domingo bostezó,  por lo menos, una vez durante el partido… y eso que estoy siendo generoso.
El cotejo que jugaron los últimos dos finalistas del Fútbol Profesional Colombiano era de los más prometedores (si no el más) de la fecha y terminó siendo un dolor de ojos para los que lo siguieron por televisión, y una emparamada en vano para los casi 20 mil aficionados que asistieron al Atanasio Girardot.
Desde el torneo anterior se sabe que el Deportivo Independiente Medellín que dirige Hernán Darío ‘Bolillo’ Gómez es un equipo que lejos de lucirse y producir acciones ofensivas, se dedica a desdorar las actuaciones de los rivales y este partido no fue la excepción.
Por otro lado, y más allá de las nimias intenciones ofensivas del DIM, Millonarios no fue ese equipo que en el semestre anterior deslumbraba a espectadores y rivales por ese juego colectivo de toque que buscaba siempre el arco rival. Se nota la ausencia de Mayer Candelo, un conductor puro que maneja los tiempos del equipo.
Debido a la floja actuación de ambas escuadras, el partido se hizo insulso y aburridísimo.
Terminado el encuentro, Bolillo mostró su preocupación por el bajo rendimiento de su equipo pero también declaró que “por más que hayamos contratado 10 jugadores, no es que nos vayamos a sobrar o que haya que ganar todos los partidos”. Tiene razón el DT, pero eso no quiere decir que al momento de jugar los cotejos, Giovanni Hernández, uno de los mejores jugadores del Fútbol Profesional Colombiano, se transforme en el hombre invisible. Posiblemente, habrá que darle tiempo al entrenador para que se dé cuenta que el ex Junior ya juega en el Medellín
De todas formas, y para tratar de encontrarle una explicación a esto, vale la pena recordar que en la lista de convocados de Gómez para la Copa América 2011, no había un solo volante de creación y el número 10 lo tenía el extremo Juan Guillermo Cuadrado. Pareciera que en el DIM al Bolillo le impusieron a Hernández.
Igualmente, me parece una contradicción, y no deja de llamar la atención, que ahora que Bolillo tiene semejante volante de creación, siga siendo un técnico ultradefensivo –a no ser que se lo hayan impuesto, insisto-. Se sabe que el DT del Rojo es un tipo que arma siempre sus equipos de atrás para adelante, pero eso no quiere decir que tenga que ser tacaño a la hora de atacar y no tener ideas ofensivas, mucho menos teniendo a Giovanni dentro de los 11 titulares.
Es comprensible que el DIM jugara el campeonato pasado como lo hacía, ya que tenía un plantel bastante corto, con el cual se dedicaba a aplicar táctica pura, cerrar los espacios con una defensa sólida y esperar a ver si de casualidad aparecía el argentino Germán Ezequiel Cano en el último minuto para ganar el partido.
Pero con los jugadores que tiene ahora es –o debería ser- otra historia. Hernán Darío Gómez podría empezar a cambiar un poquito su estilo de juego y no dejar que Hernández, un jugador que quisieran tener todos los estrategas del país, se pierda tanto. No se puede entender cómo teniendo un tipo distinto en el campo de juego, no se aproveche al máximo.
Yo, personalmente, no entiendo la situación, y seguramente los hinchas del Poderoso que se ilusionan con ganar un título de la mano de Giovanni Hernández el año que festejan el centenario del equipo, tampoco lo tienen muy claro.
De la misma manera, pienso que este no es el único anhelo que tienen los aficionados del Rojo. Ellos, naturalmente, también deben esperar que su equipo, con el ‘10’ a la cabeza, despliegue un juego diferente al del semestre pasado, que se termine la era de los partidos macilentos y que, más importante aún, se vayan a casa con la satisfacción, no solo de haber ganado, sino también de que su equipo practica un fútbol que los hace parar de sus asientos a aplaudir a sus jugadores cada vez que van al estadio.
Pero para que todo lo mencionado anteriormente se pueda empezar a gestar, hay que tener en cuenta un tema que no es menor, y es que la voluntad de Hernán Darío ‘Bolillo’ Gómez se incline por que esto suceda.
Twitter: @pabloriosg

martes, 29 de enero de 2013

Ojo con Santa Fe


Por: Pablo Rios González

Independiente Santa Fe se acaba de consagrar campeón de la Superliga Postobón en su segunda edición y de esta manera, junto a Nacional, se convirtió en el otro equipo en haber conseguido los tres campeonatos que se disputan en Colombia: Liga, Copa y Superliga.

El equipo cardenal, que hace poco más de seis meses consiguió su séptima estrella después de casi 37 años de sequía, comenzó este año con el pie derecho al derrotar a su clásico rival Millonarios en el doble partido que enfrentó a los dos campeones de 2012.

Igualmente, el conjunto bogotano ya había marcado un golazo para volver a ser un equipo que peleara los primeros puestos del campeonato colombiano y para hacer un papel digno en la Copa Libertadores cuando contrató al procaz goleador Wilder Medina en septiembre del año pasado.

A pesar de que el jugador antioqueño todavía no ha marcado con la camiseta de Santa Fe, su presencia en el ataque desconcertó a los defensores azules en ambos partidos con su habilidad y rapidez y ya demostró por qué es uno de los mejores en su posición en el fútbol profesional colombiano. Por otro lado, la Superliga obtenida es su primer título en una carrera con más óbices que facilidades.

Otra de las contrataciones importantes del ‘León’, que desde la llegada de Wilson Gutiérrez ha promovido mucho las divisiones inferiores del equipo –siendo él también un técnico de la casa-, es el defensor central de la Selección Colombia Carlos Valdés, quien a diferencia de Medina, marcó el gol de la victoria en el partido de vuelta de la Superliga. Valdés, según Gutiérrez, era el refuerzo idóneo para Santa Fe, ya que es un jugador que conocía la institución debido a su paso por el equipo cardenal en 2009, donde consiguió la Copa Postobón.

Pero Santa Fe no es sólo refuerzos; a la llegada de Medina y Valdés se suman tres baluartes importantísimos en los últimos años -con título incluido- para el cuadro cardenal: el vernáculo Camilo Vargas, el ‘General’ Gerardo Bedoya y, sin duda alguna, el mejor extranjero del fútbol colombiano en los últimos años Omar Pérez.

El arquero de 23 años, Camilo Vargas, es uno de los mejores del país y de seguir así tendrá un puesto garantizado en la Selección en cada convocatoria. Sus atajadas ya llamaron la atención de José Pekerman y han hecho que los hinchas santafereños se sientan un poco más tranquilos ante cualquier llegada de un equipo rival.

Gerardo Bedoya, veteranísimo de 37 años, sigue siendo uno de los volantes de contención más confiables del balompié criollo, ya que a pesar de su mala leche y de sus repudiables patadas, es un tipo que siempre dejó todo por cualquier camiseta que vistió y que contagia a sus compañeros con la garra y actitud que imprime en cada pelota.

Y por último, el crack, el cerebro del equipo. El enganche argentino Omar Pérez ha mostrado credenciales en cada equipo colombiano que ha jugado y sus títulos con Junior y Santa Fe y el subcampeonato conseguido con Independiente Medellín son pruebas fehacientes de ello. Su inteligencia dentro de la cancha y su magistral pegada han sido vitales en cada encuentro ganado por el León. Los goles de Julián Quiñones y Jonathan Copete en las finales frente al Pasto tras dos precisos centros del ex Boca son la muestra más transparente de la magia del ‘Bocha’.

De esta manera, se puede decir que Santa Fe tiene la estructura que tradicionalmente se ha proclamado en el fútbol: el ’1-2-5-9’. Con un arquero de calidad, un central que brinda solidez, un ‘cinco’ que inspira tesón y un delantero correlón y escurridizo, el León se  alza como uno de los equipos más competitivos en Colombia. Además, tiene el plus del genio de Omar Pérez y de un entrenador que ya tiene un proceso encarrilado y que posee la tranquilidad de que no va a ser destituido ante cualquier adversidad.

El Expreso peleará dos torneos este semestre –tres, si se incluye la Copa Postobón-, pero en caso de que quede eliminado de manera tempranera de la Copa Libertadores o de conseguir un cupo a cuadrangulares estando ya afuera de la competición continental, inexorablemente se convertirá en un equipo candidato a ganar la liga.

Por estas razones y sin haber empezado el campeonato, yo creo que hay que tener ojo con Santa Fe.

Twitter: @pabloriosg

domingo, 3 de junio de 2012

Mario Alberto Yepes



POR: NICOLAS PAREJA ESCALANTE. Twitter: @Nicopareja

- Nota publicada en la revista Fútbol Total de Colombia.


Martín Luther King fue un gran líder estadounidense que luchó por la igualdad en la sociedad, por el derecho al voto y porque se generara, de forma ecuánime, una aceptación de la raza de tez morena.

Robert De Niro, un tipo mucho más actual que King, en el campo de la actuación y el cine es un líder representativo. Marca huella en cada interpretación que realiza porque lo desarrolla con pasión y corazón.

Líderes en el mundo hay muchos, cada uno en su respectiva zona de acción. En Colombia, en lo futbolístico, Mario Alberto Yepes adopta el molde de esa figura: Es un caudillo que ha sabido llevar en alto, con orgullo y prestancia por todo el mundo la Tricolor cafetera.

Ese flaco desgarbado en el que Reinaldo Rueda depositó la confianza para que iniciara su carrera profesional en el Cortuluá, por allá en el año 1995, ha mutado en un símbolo del Milán de Il Cavaliere, Silvio Berlusconi.

Poco a poco fue tejiendo su curriculum e incorporando a su palmarés títulos que le respaldarían su buen laborar.  Su primera conquista fue en ese tremendo Deportivo Cali de 1998, donde él era parte de varios elementos con mucho talento como Gerardo Bedoya, Alexander Viveros, Rafael Dudamel, Victor Bonilla o Mayer Candelo.

Una soberbia banda que supo gritar campeón por el torneo local ante Once Caldas y, donde Mario Alberto cumplió a cabalidad conformando una sólida pareja con Andrés Mosquera.

Desde ahí se auguraba una grata presentación en la Copa Libertadores de 1999, pero nunca a tal punto de llegar a disputar el título. Lo consiguieron y el equipo del “Cheché” Hernández chocó frente al Palmeiras del Luis Felipe Scolari en una vibrante final que se definió por los tiros desde el punto penal. Yepes, en esa instancia y a lo largo de toda la Copa fue un baluarte en la defensa de los azucareros, y en los penales convirtió el suyo, que en la recta final, no alcanzó para transformarse en los reyes de América.

Esto le sirvió al defensa central para obtener la experiencia y el roce internacional que necesitaba para dar un  salto de calidad y ser exportado al fútbol argentino.

Ramón Díaz le dio la bienvenida para que se uniera a la Banda en el Apertura 99 donde se fue afianzando desde el anonimato. Debutó ante Instituto de Córdoba y partido tras partido demostraba gran seguridad. Consciente de que no era el más rápido del mundo, sus debilidades se notaban mucho menos gracias a la capacidad de intuición y posicionamiento para cortar los avances y salir jugando con categoría.

Y tenía una particularidad sobresaliente: Al sentirse próximo a ser superado por su rival, utilizaba la barrida como su último y muy efectivo recurso. Se convirtió en una constante y las “planchas” de Yepes se tornaron marca registrada.

Pasó el tiempo y el central colombiano ganó no sólo el corazón del hincha Millonario, sino también, los torneos del 99 y 2000. Fue un año fantástico en una tierra ajena al jugador, lo que realza mucho más su mérito.

Con su carrera mucho más nutrida y con un nombre resonante a gran escala, el destino que se le avecinaba era el del fútbol del viejo continente: Europa.

Fue ahí, cuando en el 2002 el Nantes lo sumó a su plantilla para engrosar la calidad en su filas, el cual venía de ser campeón de la Ligue1 en el 2001. A Mario se le apodó “El Rey” en este equipo y, probablemente tuvo sus mejores temporadas en Francia con los colores de esta institución. Hoy en día, lastimosamente, se encuentra descendido en la Ligue2.

Sus notables actuaciones no sólo en ese conjunto sino también en la Selección Colombia, al quedar campeones de América (2001), le valieron  la escarapela de ser buscado por uno de los grandes de Francia: El PSG.

Ahí Yepes se terminó de consolidar a nivel mundial. Difícil es llegar, pero lo es aún más mantenerse a tan alto nivel. Cuatro años en París entrenándose para ser cada día mejor dicen mucho de este titán del campo. Tanto esfuerzo y dedicación  también se vio recompensado recibiendo los títulos de Copa de Francia en el 2006 y de la Liga en el 2008.

Mario acumula 29 goles en el total de su carrera por los clubes que pasó, de los cuales ocho fueron convertidos durante su etapa en el PSG, la más goleadora de todas.

Después vinieron por dos años nuevas vivencias en el Chievo Verona. Enseñaba que un líder no ordena, un líder guía. Siempre solidario con sus compañeros dentro y fuera del campo. Una persona íntegra, un adalid cafetero que daba cátedra en Verona de cómo llegar a ser un gran paladín.

Esto sin dudas llamó la atención del gigante Milán. Caracterizado con contratar tipos de edad “avanzada” en el fútbol, se hicieron con los servicios de “El Rey” en el 2010. Esta etapa para Yepes ha sido la contracara de lo vivido a lo largo de su carrera. Ha tenido muy poca participación en las dos temporadas que lleva con los Rossoneri pero ha ganado mucho más aplomo y liderazgo pero ya con otro punto de vista, pensando más en lo que puede ser su no muy lejano retiro del fútbol profesional.


Se vienen las Eliminatorias al Mundial de Brasil 2014 y Yepes estará (como lo ha estado desde el 2002) presente en la Selección. El punto de inflexión es quizá, que no se sabe si llegará para la cita orbital, por lo que hay que aprovecharlo en su ahora con su aporte de experiencia pero sin descuidar los “futuros Yepes” como Stefan Medina, Pedro Franco, Luciano Ospina o Leyton Jiménez, por nombrar algunos, ya que el gran Mario Alberto no nos durará toda la vida.

jueves, 31 de mayo de 2012

El documental


Por: Pablo Rios González

Cuando se habla de documental por lo general el tema central es algún hecho real que tiene que ver con la naturaleza, un acontecimiento histórico –sea trágico o no- o simplemente un cortometraje que muestre alguna ciudad o destino específico. Pero en este caso se va a hablar de otro tipo de documental; uno que si bien está enfocado en un nicho “chico” que mueve poca gente, abarca una pasión que mueve a millones de personas en el mundo: el fútbol.

“Bichos criollos” es el nombre que decidieron ponerle al cortometraje sobre la Asociación Atlética Argentinos Juniors sus creadores Diego Lombardi y Víctor Tujschinaider. El nombre, según explican en el folleto que entregan a la entrada de la sala de cine número cuatro del complejo Cinema City General Paz, se debe a una conjunción de unos de los primeros apodos que acogió el equipo de La Paternal.

Afuera del complejo ya se ve gente con indumentaria de Argentinos Juniors que hace la fila para comprar su entrada. Este panorama, más que de una película de cine, parece de las afueras de la popular de una cancha, en este caso del estadio Diego Armando Maradona. Lo único que falta son los trapos, los bombos y las banderas para sentirse en la previa de un partido de fútbol.

Diego Maradona es, precisamente, uno de los históricos del ‘Bicho colorado’ que aparecen en el documental y hace referencia a sus inicios en dicho equipo y cómo con 15 años ya daba un asomo de un futuro que iba a estar plagado de éxitos dentro de lo futbolístico. “Teníamos una sola pelota para tres divisiones; si se pinchaba la pelota nos jodíamos”, dice Maradona mientras se ríe –quien marcó 116 goles en 166 partidos con Argentinos-, demostrando la precariedad del club que lo vio nacer.

El documental marca desde los inicios del club que se creó tras la fusión de los equipos Mártires de Chicago y Sol de la Victoria un 15 de agosto de 1904, pasa por la época en que les tocó mezclarse con Atlanta, los ascensos y descensos, los años de gloria, cuando se mudaron a la provincia de Mendoza y el último título en 2010 en la cancha de Huracán con Claudio ‘Bichi’ Borghi en la dirección técnica. Borghi también da su testimonio en algún momento del cortometraje.

Pero además de Borghi también aparecen jugadores que se criaron en La Paternal y que posteriormente la rompieron en grandes clubes europeos como Fernando Redondo, Juan Pablo Sorín y Esteban Cambiasso. También aparece José Néstor Pékerman, un personaje que si bien no fue tan exitoso dentro de la cancha, consiguió varios trofeos juveniles para su país detrás de la línea de cal. Este estratega, actualmente al mando de la Selección Colombia, fue campeón de los mundiales sub 20 en los años 1995, 1997 y 2001 con Argentina.

Todos los nombres anteriormente mencionados, al igual que varios hinchas, ídolos y dirigentes coinciden en algo: “Si sos hincha de Argentinos Juniors sos hincha de todo un barrio también, porque Argentinos es eso: un barrio, un club de fútbol y una identidad”. Esta misma frase fue la que eligieron Lombardi y Tujschinaider como lema de esta pieza de arte que contiene una exhaustiva investigación con imágenes de archivo y de colección.

Adrián Domenech y Sergio Batista, dos jugadores fundamentales que integraron la plantilla de ese Argentinos campeón la Copa Libertadores frente al América de Cali en 1985 también aparecen en el documental con sus testimonios que describen cómo fue la consecución de semejante título para un club que se denomina “chico entre los grandes y grande entre los chicos”. Y así como recuerdan la final frente al equipo colombiano también hacen mención a esa Copa Intercontinental perdida frente a la Juventus de Michel Platini en Japón, partido considerado como el mejor durante la existencia de dicha competición.

La gente sentada en las butacas de la sala que tuvo lleno total durante la primera semana –tiene capacidad para 280 personas- se conmovía al recordar épocas pasadas de un club que ha saboreado la gloria pero que también ha sufrido la máxima amargura en el fútbol en más de una ocasión: irse al descenso.

Al final, para que la gente se levante contenta para irse a su casa, como no podía ser de otra forma, Argentinos Juniors sale campeón. Los goles de Juan Mercier -quien hacía una dupla mágica con Néstor Ortigoza en la mitad de la cancha- y Facundo Coria en la fecha 19 del Clausura 2010 refrescan la última alegría del ‘Bicho’ y terminan por consumar la historia que deben saber todos los fanáticos del “semillero del mundo”.
 

miércoles, 2 de mayo de 2012

Jugadores “desafortunados”

Por: Pablo Rios González

Mientras analizo la tabla de goleadores de la liga inglesa veo que en el primer puesto está un jugador que para mí es un crack pero que no se caracteriza específicamente por ganar títulos: Robin van Persie. El holandés lleva 28 goles en 36 partidos esta temporada de Premier League y Arsenal -su equipo- se encuentra en la tercera posición, es decir, en zona de clasificación directa a Champions League pero con nulas posibilidades de quedarse con el título; los dos Manchester que están punteros le llevan 17 puntos a su cuadro a falta de dos fechas para que concluya el campeonato.

Hablo de van Persie porque este es, precisamente, uno de esos jugadores que por más cracks que sean se les complica mucho conseguir un título por la alta competencia que tienen o porque no están bien rodeados. Lo máximo que ha conseguido este holandés es una Copa UEFA (temporada 2001/2002 cuando jugaba en el Feyenoord), una Community Shield (Supercopa de Inglaterra) en 2004 y una FA Cup en 2005, ambas con el Arsenal.

Pero casos como el de este subcampeón del mundo –lo fue con su selección en el último Mundial- hay varios y la idea es mencionar algunos relevantes en estas líneas.

Que no ganen títulos no es la única característica, sino también que tengan le desgracia de no jugar una Copa del Mundo con sus respectivos países, que no se destaquen en sus combinados nacionales o, directamente, que no logren entrar en las convocatorias de sus selecciones. O en todo el caso contrario, que sean altamente superiores a sus compatriotas y por ende no consigan nada con el escudo nacional.

En la categoría de jugadores con pocos o ningún título se encuentran sublimes personajes como el delantero de 34 años del Udinese Antonio Di Natale, quien nunca a lo largo de su carrera profesional ha podido levantar un trofeo y gritar “campeón”. Si bien ha conseguido dos títulos individuales de Capocannoniere (goleador del fútbol italiano) a nivel colectivo no tiene nada en su palmarés. Ángel Di María y Mesut Özil (argentino y alemán del Real Madrid) y Luis Suárez (uruguayo del Liverpool) son dos ejemplos de personajes que aunque no lleven mucho en sus actuales clubes han conseguido poco por culpa de rivales predominantes.

Ryan Giggs y Gareth Bale son dos galeses que probablemente nunca jueguen un Mundial. El primero ya tuvo la posibilidad de nacionalizarse inglés pero prefirió mantener la fidelidad a su patria y a pesar de que ganó absolutamente todo con su club, Manchester United, a sus 38 años, le quedó la intriga de saber qué se siente jugar una Copa del Mundo. Es bastante factible que su coterráneo Bale viva el mismo destino.

Seydou Keita, talentosísimo volante malí, a los 32 años sigue sin poder disputar un Mundial y a pesar de que es un múltiple ganador con el Barcelona, sus opciones de estar en Brasil 2014 son cada día más desalentadoras.

También están los tipos que en sus clubes la rompen pero que, aunque son llamados para jugar con sus selecciones, no tienen muchas chances de estar en el campo de juego. Esto pasa sobre todo en la selección española -país en el que abunda la calidad futbolística-, donde hombres como Fernando Llorente, Cesc Fàbregas y David Silva no tienen casi opciones de integrar el equipo titular al verse relegados por jugadores como David Villa, Xavi Hernández, Xabi Alonso, Sergio Busquets o Andrés Iniesta. A pesar de ser grandes jugadores su presencia en “La Roja” es escasa, al igual que lo fueron sus aportes para la consecución del Mundial en Sudáfrica 2010.

En Sudamérica hay una gran cantidad de buenos jugadores, lo cual le complica muchas veces la vida a los directores técnicos a la hora de armar su selección, ya que todos quieren representar al país y los hinchas siempre tienen preferencia o discrepancia por determinadas caras. En el caso colombiano está Fabián Vargas, un volante bogotano que supo ser por varios años el caudillo en la mitad de la cancha del equipo tricolor. Después de la lesión que sufrió en 2009 en el partido frente a Ecuador disputado en Medellín por las Eliminatorias al Mundial de Sudáfrica, el nombre y apellido de este mediocampista se borró de la cabeza de los estrategas que dirigieron al conjunto ‘cafetero’ hasta hoy.

En Argentina está Alberto “Tino” Costa, un volante que después de ser rechazado en Argentina se fue a probar suerte a la isla de Guadalupe, de donde pasó al fútbol francés y hoy se destaca en el Valencia como uno de los pilares del conjunto ‘che’. A lo largo de sus nueve años como profesional, sólo fue convocado una vez para jugar con la ‘albiceleste’.

Pero el caso más emblemático de América Latina es quizás el del atacante uruguayo Santiago Silva. El “Tanque” es uno de los mejores jugadores del fútbol argentino donde actualmente se destaca en Boca Juniors pero que ya levantó el trofeo dos veces con Banfield y Vélez Sarsfield. Sus karmas tienen nombre y apellido: Edinson Cavani, Diego Forlán, Luis Suárez, Abel Hernández, Sebastián Abreu y Sebastián Fernández. ¿Si alguna vez fue convocado para integrar el equipo ‘charrúa’? No, a sus 31 años, esa sigue siendo su cuenta pendiente.

Y por último, los fenómenos que están, o estuvieron, mal rodeados futbolísticamente. Hristo Stoichkov (búlgaro), Zlatan Ibrahimovic (sueco), Gheorghe Hagi (rumano), Jari Litmanen (finlandés), Andriy Shevchenko (ucraniano), George Weah (liberiano) y George Best (norirlandés) son ejemplos clásicos. A estos excelsos jugadores que ganaron con sus equipos todo lo que se les puso enfrente y que claramente marcaron una época, les tocó nacer en países poco futboleros y por tal razón nunca tuvieron una repercusión en el ámbito “selecciones” como sí pudieron otros.

Seguramente, en el fútbol seguirán surgiendo jugadores que no puedan destacarse siempre o a acomodarse a diferentes situaciones, pero así como en este deporte no siempre gana el mejor, también puede suceder que muchos de los más grandes tipos que practican este deporte no puedan alcanzar todos los objetivos planeados o queridos. Y si no, hablemos de un tal Lionel Messi, uno de los mejores jugadores de la historia que nadie sabe si conseguirá un Mundial…

domingo, 29 de abril de 2012

TALENTO PURO: KAKÁ


Nicolás Pareja Escalante- Nota publicada en la Revista Fútbol Total (Colombia)


Seguro que si se concentran en el nombre Ricardo Izecson Santos Leite, la mayoría, si no todos, quedan en el aire. Pues este nombre así al desnudo no enmarca la figura que su apodo atrapa.

Desde pequeño demostró su derroche de clase dentro del rectángulo. Sin ninguna limitación, con total soltura y tranquilidad empezaba a desarrollar su proyecto de vida: ser futbolista.

El fútbol para él no se convertía en su todo; tenía la enorme posibilidad de dedicarse a lo que quisiera por su posición social y económica. No tenía que pasar hambre y jugar con la angustia de sacar a su familia adelante; no dependía su vida de lo que sus pies hicieran con el balón.

Sin embargo, Ricardo, apodado Kaká de forma cariñosa en Brasil quería y tenía como propósito ser un maestro del balón.

Comenzó esbozando lo que es una brillante carrera en el Sao Paulo a los ocho años. Hizo todo el proceso arduo que equivale estar en las divisiones menores hasta escalar destacadamente al primer equipo.

Su progreso futbolístico lo iba llevando de la mano junto con el educacional. Ricky, de padre ingeniero y mamá docente tenía la fortuna de gozar de una educación notable que le estructurara la mente con otros conceptos aplicables en cualquier ámbito de la vida. Sin duda una gran diferencia con el común.

Su porte de “galán de América”, su tranco largo, su letal velocidad y su disparo teledirigido estuvieron en riesgo; el mundo por poco se queda sin ver la gema que Kaká representa para el mundo fútbol por culpa de un accidente en una piscina.

Se fracturó la sexta vertebra a los 18 años; a portas del debut. Los médicos, en un tema tan delicado como este no creían posible que Ricardo Izecson pudiera volver a sumergirse en los terrenos de juego. Es más, no creían posible que puediera volver a caminar.

 “Creer en Jesús me permitió recuperarme”, cuenta el crack cuando se le pregunta por su proceso recuperativo ya que es cristiano evangélico. Agradece a Dios todos los días por el gran milagro que hizo en él.

El talentoso volante se recuperó de forma asombrosa, destellante. Al cabo de unos meses estaba de vuelta al ruedo para demostrar la misión que Dios había encomendado en él.

Quería redituarle a Dios en cada acción, en cada pase, en cada gol la bendición que había tenido con él. Claramente, con tanta decisión y confianza sus pasos no tardaron en generar eco a nivel mundial.

Estaba cerca de cumplir los 20 años cuando fue elegido mejor jugador del torneo brasileño. Algo verdaderamente especial e impactante; pues había jugado 58 partidos en el primer equipo anotando 23 goles.  Su rendimiento superlativo lo llevó a ser convocado a la Selección absoluta que viajó y ganó el Mundial de Korea y Japón en el 2002.

No tuvo mucha participación en la cita orbital, pero estuvo presente y ayudó en el pentacampeonato cuando Luis Felipe Escolari lo requirió.

Los Rossoneri del Milán se habían hecho con los derechos de la joven estrella para pulirla como un diamante en bruto. Ellos tuvieron visión de lo que el jugador les podía ofrecer en un futuro desembolsando 8.5 millones de euros.

Esa misma visión le faltó al Real Madrid quien tuvo la prioridad del caso. El equipo merengue pudo tener al jugador en sus filas pero, su secretaría deportiva consideró apresurado invertir 8 millones de euros por él.

Florentino Pérez y, sobre todo el entonces director deportivo Jorge Valdano, se arrepienten enormemente por dejar escapar esa perla. “Dejar ir a Kaká sin cerrar contrato fue el peor error de mi gestión”, dijo Valdano después que el talento del brasileño explotara.

En cambio, el Milán, a través de Leonardo (ex jugador brasileño y accionista del Rossoneri) apuró la negociación y la llevó a cabo con éxito.

Fue el inicio de una era romántica. Tuvo sus plus desde la temporada 05-06 hasta 08-09, pero sin duda que su rendimiento All-Star fue en el 2007. Se convirtió en un ícono de la entidad italiana.

Un gentleman dentro y fuera del terreno de juego. Sus cualidades estaban en el climax; se desacía de los rivales con un estilo no propio de los brasileños. Tiene un estilo diferente, muy europeo, aporta la dificultad de conseguir la simpleza.

Su trabajo representado en el campo de juego fue galardonado con nada más ni nada menos que el Balón de Oro en el 2007; a lo que se le sumó el Fifa World Player y el premio FIFPro al mejor jugador del globo. Un fuera de serie sin duda alguna.

Su rendimiento como constante le provocaba un remordimiento absoluto al Real Madrid por el error cometido en el pasado; IL Bambino d’oro se convertía en ese deseo obligatorio del club. Era la necesidad del Merengue de revertir su mal accionar y traerlo a la institución.

No le fue fácil y mucho menos barato, pues él había multiplicado su valor más de ocho veces. Pero nada es imposible para el equipo que genera más ingresos en el mundo y Kaká había mutado en su obsesión. Por eso pagaron la módica suma de 65.000 millones de euros. Un negocio redondo del Milán.

El club Blanco le abrió las puertas de excelente manera, pero su desempeño dentro de él no ha sido al nivel de la transacción. El futbolista ha sido victima de consecutivas lesiones que lo han privado de la continuidad necesaria para que su juego vuelva a tornar brillante.

Lleva en transcurso tres temporadas con el Madrid y, apenas en esta última el jugador ha gozado de la confianza del DT que le proporciona minutos en el campo. Su nivel claramente ha comenzado a elevarse y eso se nota en distintas y múltiples pinceladas de talento que regala partido a partido.

Se está despidiendo de un momento duro en su parte deportiva para darle la bienvenida a esta nueva etapa que lo tiene a punto de coronarse campeón de La Liga en un duelo extraordinario con uno de los mejores equipos de la historia: el Barcelona de Guardiola y Messi.

El astro poco a poco seguirá marcando su carrera de puntos positivos y negativos, tal como la vida misma; pero seguro de la mano de Dios, y del apoyo que recibe día a día de su esposa y sus hijos seguirá prolongando su legado.

¡Gloria a Dios y qué nivel Kaká!