Mientras
analizo la tabla de goleadores de la liga inglesa veo que en el primer puesto
está un jugador que para mí es un crack pero que no se caracteriza
específicamente por ganar títulos: Robin van Persie. El holandés lleva 28 goles
en 36 partidos esta temporada de Premier League y Arsenal -su equipo- se
encuentra en la tercera posición, es decir, en zona de clasificación directa a
Champions League pero con nulas posibilidades de quedarse con el título; los
dos Manchester que están punteros le llevan 17 puntos a su cuadro a falta de dos
fechas para que concluya el campeonato.
Hablo
de van Persie porque este es, precisamente, uno de esos jugadores que por más
cracks que sean se les complica mucho conseguir un título por la alta
competencia que tienen o porque no están bien rodeados. Lo máximo que ha
conseguido este holandés es una Copa UEFA (temporada 2001/2002 cuando jugaba en
el Feyenoord), una Community Shield (Supercopa de Inglaterra) en 2004 y una FA
Cup en 2005, ambas con el Arsenal.
Pero
casos como el de este subcampeón del mundo –lo fue con su selección en el
último Mundial- hay varios y la idea es mencionar algunos relevantes en estas
líneas.
Que
no ganen títulos no es la única característica, sino también que tengan le
desgracia de no jugar una Copa del Mundo con sus respectivos países, que no se
destaquen en sus combinados nacionales o, directamente, que no logren entrar en
las convocatorias de sus selecciones. O en todo el caso contrario, que sean
altamente superiores a sus compatriotas y por ende no consigan nada con el
escudo nacional.
En
la categoría de jugadores con pocos o ningún título se encuentran sublimes
personajes como el delantero de 34 años del Udinese Antonio Di Natale, quien
nunca a lo largo de su carrera profesional ha podido levantar un trofeo y
gritar “campeón”. Si bien ha conseguido dos títulos individuales de
Capocannoniere (goleador del fútbol italiano) a nivel colectivo no tiene nada
en su palmarés. Ángel Di María y Mesut Özil (argentino y alemán del Real
Madrid) y Luis Suárez (uruguayo del Liverpool) son dos ejemplos de personajes
que aunque no lleven mucho en sus actuales clubes han conseguido poco por culpa
de rivales predominantes.
Ryan
Giggs y Gareth Bale son dos galeses que probablemente nunca jueguen un Mundial.
El primero ya tuvo la posibilidad de nacionalizarse inglés pero prefirió
mantener la fidelidad a su patria y a pesar de que ganó absolutamente todo con
su club, Manchester United, a sus 38 años, le quedó la intriga de saber qué se
siente jugar una Copa del Mundo. Es bastante factible que su coterráneo Bale
viva el mismo destino.
Seydou
Keita, talentosísimo volante malí, a los 32 años sigue sin poder disputar un
Mundial y a pesar de que es un múltiple ganador con el Barcelona, sus opciones
de estar en Brasil 2014 son cada día más desalentadoras.
También
están los tipos que en sus clubes la rompen pero que, aunque son llamados para
jugar con sus selecciones, no tienen muchas chances de estar en el campo de
juego. Esto pasa sobre todo en la selección española -país en el que abunda la
calidad futbolística-, donde hombres como Fernando Llorente, Cesc Fàbregas y
David Silva no tienen casi opciones de integrar el equipo titular al verse
relegados por jugadores como David Villa, Xavi Hernández, Xabi Alonso, Sergio
Busquets o Andrés Iniesta. A pesar de ser grandes jugadores su presencia en “La
Roja” es escasa, al igual que lo fueron sus aportes para la consecución del
Mundial en Sudáfrica 2010.
En
Sudamérica hay una gran cantidad de buenos jugadores, lo cual le complica
muchas veces la vida a los directores técnicos a la hora de armar su selección,
ya que todos quieren representar al país y los hinchas siempre tienen
preferencia o discrepancia por determinadas caras. En el caso colombiano está
Fabián Vargas, un volante bogotano que supo ser por varios años el caudillo en
la mitad de la cancha del equipo tricolor. Después de la lesión que sufrió en
2009 en el partido frente a Ecuador disputado en Medellín por las Eliminatorias
al Mundial de Sudáfrica, el nombre y apellido de este mediocampista se borró de
la cabeza de los estrategas que dirigieron al conjunto ‘cafetero’ hasta hoy.
En
Argentina está Alberto “Tino” Costa, un volante que después de ser rechazado en
Argentina se fue a probar suerte a la isla de Guadalupe, de donde pasó al
fútbol francés y hoy se destaca en el Valencia como uno de los pilares del
conjunto ‘che’. A lo largo de sus nueve años como profesional, sólo fue
convocado una vez para jugar con la ‘albiceleste’.
Pero
el caso más emblemático de América Latina es quizás el del atacante uruguayo
Santiago Silva. El “Tanque” es uno de los mejores jugadores del fútbol
argentino donde actualmente se destaca en Boca Juniors pero que ya levantó el
trofeo dos veces con Banfield y Vélez Sarsfield. Sus karmas tienen nombre y
apellido: Edinson Cavani, Diego Forlán, Luis Suárez, Abel Hernández, Sebastián
Abreu y Sebastián Fernández. ¿Si alguna vez fue convocado para integrar el
equipo ‘charrúa’? No, a sus 31 años, esa sigue siendo su cuenta pendiente.
Y
por último, los fenómenos que están, o estuvieron, mal rodeados futbolísticamente.
Hristo Stoichkov (búlgaro), Zlatan Ibrahimovic (sueco), Gheorghe Hagi (rumano),
Jari Litmanen (finlandés), Andriy Shevchenko (ucraniano), George Weah (liberiano)
y George Best (norirlandés) son ejemplos clásicos. A estos excelsos jugadores que
ganaron con sus equipos todo lo que se les puso enfrente y que claramente
marcaron una época, les tocó nacer en países poco futboleros y por tal razón
nunca tuvieron una repercusión en el ámbito “selecciones” como sí pudieron
otros.
Seguramente,
en el fútbol seguirán surgiendo jugadores que no puedan destacarse siempre o a
acomodarse a diferentes situaciones, pero así como en este deporte no siempre
gana el mejor, también puede suceder que muchos de los más grandes tipos que
practican este deporte no puedan alcanzar todos los objetivos planeados o queridos.
Y si no, hablemos de un tal Lionel Messi, uno de los mejores jugadores de la
historia que nadie sabe si conseguirá un Mundial…
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