viernes, 28 de octubre de 2011

¡Bogotá es azul y blanco una vez más!

POR: NICOLÁS PAREJA ESCALANTE- @Nicopareja
La vida es un sucesión de etapas continuas sin saber lo que se viene. Como una baraja de cartas boca abajo en la cual segundo a segundo las vamos destapando y observamos cuál carta o suceso de la vida nos salió. Puede ser un intrascendente tres de rombos o el interesante as. Todo, fluctúa para bien o para mal, la vida gira y a todos nos toca jugar a la ruleta y a veces salir favorecidos y, otras no. Simple equilibrio universal dominado por “el de arriba”.
Hace 10 años no se ganaba nada; estábamos en una abstinencia absoluta cargada de humillaciones, malos resultados en lo deportivo y, un desorden administrativo que, ojalá, no vuelva nunca más.
Nos ilusionábamos con chispazos como el del 2007 en la Copa Sudamericana, en la cual se hizo un gran papel, pero no pelechó al final y nos eliminó el América mexicano en instancias semifinales. Eso fue una recarga de energía, pues la última vez que tuvimos todo para figurar y que no lo conseguimos fue en el 2003.
Me acuerdo muy bien que, ese 7 de Diciembre, el Campín estaba a reventar contra el Deportivo Cali. No le cabía un alma y los entonces dirigidos por Norberto Peluffo sólo necesitaban de un empate para desbocar a la afición en albricias y colocarnos en una final de Liga de la cual no somos partícipes desde 1988.
Mi corazón, si hubiera estado conectado a un electrocardiograma esa noche, hubiera marcado mi muerte con ese gol de Milton Rodríguez sobre la hora y que nos dejaba nuevamente por fuera de una tan anhelada final.
Así es la vida y así es el fútbol. Ayer nos tocó de nuevo pisar una final y por fin nos llegó la hora. ¿Es una Copa menor? Sí. ¿Da cupo internacional? Sí. ¿Da un dinero significativo? Sí. Y más allá de esto es el salir de la penumbra en la que estábamos. Es la cuota inicial para ganar la Liga, el oxígeno necesario para sentirnos una vez más campeones y, el premio a una nueva administración.
Un partido de película, no por su desarrollo en lo colectivo o técnico, sino por el marco, por la adrenalina que se disparaba con cada remate y atajada. Porque ver botar el penal a Mayer significó transportarlo al infierno y, minutos después, de manera bipolar, endiosarlo por su cambio de ritmo y definición sutil con la parte externa de su talentoso botín.
Es un lindo renacer. Millonarios es campeón, pero todos debemos estar con los pies en la tierra. La Liga continúa y es un equipo muy irregular (como todos los del campeonato); con una defensa lenta y endeble, pero con un ataque formidable. El DT Páez, debe ser el gestor de encontrarle un equilibrio notable al equipo y así, clasificarnos entre los ocho finalistas y, cada vez alejarnos más de la zona de promoción y descenso.
Hinchas de Millonarios: celebren y disfruten porque para muchos es la primera vez que ven al equipo campeón. Gócenla con fervor y sobre todo humildad y equilibrio emocional, porque el fútbol como la vida misma da muchas vueltas; hoy estamos arriba, mañana no sabemos…
Twitter: @Nicopareja






1 comentario: